BIENVENIDO

Después de un largo camino, siempre es agradable conversar... aunque hay veces que el silencio es más sugerente.

domingo, 22 de agosto de 2010

Viaje a Sicilia. Etna - Taormina



Quinto día: Etna - Taormina

"La casa dell'artista" www.acasadellartista.it en Trecastagni, es una bella mansión, regentada por dos señoras, amables y discretas, una de ellas pintora, (la casa está llena de sus pinturas) que nos sirve de punto de partida para acercarnos al Etna. Es un lugar muy recomendable, de los que más nos gustó. Está un poquito escondido, eso sí, pero las señoras salieron a nuestro encuentro y fueron de lo más atentas. Algo más de 100 euros por una habitación cuádruple inmensa con desayuno normalito.

Desde allí tenemos nuestras dos primeras visiones del Etna, la primera al atardecer del día anterior, cuando llegamos aquí y la siguiente por la mañana.











A pocos km. de Trecastagni, hallamos el desvío hacia Nicolasi, y desde allí se toma la carretera en dirección "Etna" hasta llegar al Refugio Sapienza, punto de encuentro para cualquier excursión al volcán.

Directamente nos acercamos a la caseta de venta de billetes al teleférico. Subida y bajada 27 euros, con excursión en un todo terreno: 51 euros (por persona). Un poco caro, optamos por lo primero. La gente va bien equipada con sus botas y anoraks (casi demasiado). Mucho turismo, aunque soportable, (¿cómo será esto en Agosto?). 

Subimos al teleférico contemplando los inmensos campos de lava, en un paisaje que recuerda al de Timanfaya en Lanzarote. Llegaremos a los 2.500 metros sobre el nivel del mar.



El Etna, con sus 3.342 metros es el volcán activo más grande de Europa. Morfológicamente es una gigantesca mole que ocupa una gran extensión de la parte Este de la isla de Sicilia.


De lo más grande a lo más pequeño ... paisaje inmenso en negro, y las pequeñas mariquitas que pasaban por allí...


En la mitología griega el Etna era el volcán en cuyo interior se situaban las fraguas de Hefesto, que trabajaba en compañía de cíclopes y gigantes. El monstruoso Tifón yacía debajo de esta montaña, lo que causaba frecuentes terremotos y erupciones de humo y lava. Su nombre derivaba de la ninfa Etna que se convirtió en la deidad de este famoso volcán.

El Etna es uno de los volcanes más activos del mundo, y está casi en constante erupción. Aunque en ocasiones puede ser muy destructivo, no está contemplado como un volcán particularmente peligroso y miles de personas viven en sus alrededores e incluso en sus faldas.

La primera erupción la describe el poeta Virgilio en "La Eneida"

"Es este puerto grande y está libre del acoso
de los vientos, mas cerca ruge el Etna en horrible ruina
y, si no, lanza hacia el cielo negra nube
que humea con negra pez y ascuas escendidas ... "


La última tendría lugar en la mañana del 13 de mayo de 2008 con importante deformación del área de la cumbre. Hay una cafetería (tienda de recuerdos y un poco de todo) dónde constantemente te ponen los documentales de las últimas erupciones. Tiene que ser impresionante verlo en directo.


Conforme se desciende, la vegetación va cambiando y es también muy hermosa la zona en la que pueden encontrarse algunos cráteres silvestres:














Casi a mediodía regresamos por una carretera sinuosa y solitaria (este sí es un viaje que me gustó) hasta Zafferana Etnea, el pueblo más cercano al Etna, que al mediodía, está dormido.

Por fín solos. Es un lugar pequeño, con encanto, y nada transitado por el turismo. Con su plaza del Duomo y sus paredes negruzcas, es el entorno lo que le da su singular belleza. Hay que decir, además, que la lava ha sido material de construcción de todos estos pueblos que forman parte del Parque del Etna.


Comemos en un restaurante del pueblo, (brochetas sicilianas y pizza, bien).

Tenemos toda la tarde, la última, por delante, y estamos a pocos kms. de Taormina. Otro lugar que parece de visita obligada, pero que no me seduce nada. Nos cuesta llegar y aún más aparcar, ya que no te dejan hacerlo en el casco histórico. Taormina me parece un decorado de película. Debo reconocer, no obstante que, a pesar de la sobreexplotación turística, es una bonita ciudad y hacemos el recorrido.

Está emplazada a doscientos metros de altura, sobre el Monte Taurus. Sería un apacible pueblo de costa si no fuera porque algunos escritores del siglo XX como Truman Capote o Tenessee Williams y después artistas como Cary Grant, Greta Garbo, Orson Welles o Dalí lo pusieran de moda.

Nos acercamos hasta el Teatro Griego (no entramos) y paseamos por sus calles intentando buscar los detalles, ese aire medieval que luce la ciudad dónde podríamos encontrar reminiscencias de la Corona de Aragón o de la típica arquitectura normanda.


Es difícil, sin embargo, abstraerse a la marea de gente. La calle principal, el corso Umberto I está repleta de tiendas, restaurantes, lugares de moda.






Turismo más glamouroso, se nota que aquí veranea la "gente bien". En cada una de sus iglesias, una boda, esta vez de tiros largos. Fue una visita algo apresurada, ¡hay tanta gente! En todas partes suena música de Michael Jackson, nos parece extraño, más tarde sabremos la razón. Agotamos nuestros últimos minutos... no me decido a comprar ningún recuerdo. No me convencen. Además hay que volver a buscar el coche y está tan lejos ...

¿Hubieramos hecho mejor buscando nuevamente ese pueblito pesquero "Acci Trezza" y su ribera de los cíclopes? pienso, mientras tomamos nuestro último helado en Sicilia?.

Este viaje ya ha llegado a su fin y ahí ha quedado, como destino inalcanzable en este viaje, el mar ... que tan solo hemos visto de lejos... 



¡Hasta pronto, hermosa Sicilia! Porque en este breve viaje, nos has dejado parte de tí y sobre todo nos has dejado las ganas de volver a visitarte de manera más detenida y consciente. Será pronto, nos ha quedado tanto por hacer ...

Nuestro último día fue simplemente la vuelta de Trecastagni a Palermo. De allí, con el tiempo justo fuimos al aeropuerto para volar hasta Bérgamo dónde pasaríamos la noche y la mañana siguiente, antes de volver a Zaragoza.

Nuestro viaje tiene muchas asignaturas pendientes: Nos faltó Segesta, Selinunte, Monreale, Cefalú .. y por el otro lado Noto, Ragusa, Módica .. tal vez las Eolias ... Es lo que tiene viajar pocos días y con dos niñas pequeñas, que se portaron estupendamente, pero a las que no podíamos forzar con muchos kilómetros ni demasiadas "visitas culturales" . Buena excusa para volver.

Suelo ambientar mis viajes con libros. En este caso hice varias lecturas previas como "Il Gatopardo", alguna obra de Sciascia y sobre todo Andrea Camilleri. También me vino bien un libro escrito por un periodista: Alejandro Luque, que se titula "Viaje a Sicilia con un guía ciego" y revive el viaje que hizo Borges a Sicilia. Es de la editorial Sotavento.

Mi último consejo, aunque esto es muy personal, intentar no ir exclusivamente por las rutas turísticas. Así, a la aventura, uno puede intentar perderse ... para mí, lo más gratificante es lo no programado, los momentos ... sin la tensión de ir aquí o allá porque la guía dice que es imprescindible. Así que pienso que este ha sido un primer contacto con Sicilia. 


Os invito a ir y nosotros ... volveremos.



sábado, 21 de agosto de 2010

Viaje a Sicilia - Siracusa/zona arqueológica - Acireale


Cuarto día: Siracusa-Acireale-Trecastagni

Hoy completamos nuestro paso en Siracusa yendo a visitar el parque arqueológico de la Neapolis, dónde se encuentran algunos de los más interesantes edificios de la Siracusa grecorromana. El parque se alza en la zona de las "Latomie del Paradiso", canteras del paraiso y, al entrar te encuentras dos flechas que señalizan dos posibles recorridos. El primero llega al Teatro Griego y el segundo a la llamada "oreja de Dionisio". Tomamos el primero de ellos.
Impresionante el teatro del siglo III A.C. , cuya cávea es una de las más grandes construidas por los antiguos griegos. 



El edificio aún se usa, por lo que no me importa verlo con plataformas en sus gradas. Sí están es porque hay representaciones en esta época del año, y no puedo imaginar mayor privilegio que ver una actuación de Teatro clásico griego aquí. En concreto, para esta noche, anuncian "Las Suplicantes" de Esquilo. Tiene que ser una gozada poder asistir a una representación y echar la imaginación a volar, pensando que hace siglos, (¡siiiiigloooos!), otros espectadores, también lo hicieron y casi, casi, viendo la misma obra... qué vértigo.


El teatro se alza en una zona carente de vegetación. En la parte superior hay paredes rocosas con muchas cavidades votivas así como una pequeña gruta artificial, llamada "Gruta del Ninfeo" en cuyo interior hay un estanque rectangular con una pequeña cascada.

Seguimos ruta, volviendo hacia la zona de entrada para hacer el segundo recorrido y dirigirnos hasta la famosa "oreja de Dionisio" que es una gruta que se encuentra en la zona de Latomía (canteras de piedra) del paraíso. El tal Dionisio fue un tirano de Siracusa que en el 413 a Xto, encerró en las canteras de la ciudad a los prisioneros atenienses y, según cuenta la leyenda, podía escuchar sus voces gracias a las características acústicas de la gruta (no nos resistimos a gritar para oír el efecto sonoro, como todo el mundo, por supuesto).



Nos acercamos finalmente al anfiteatro, y, bueno, comparado con el Teatro, los restos decepcionan un poco. 

Pertenece al siglo III o IV A.C., fue liberado de los escombros y de la tierra que lo cubría en 1893.



Así ha transcurrido nuestra visita. Una mañana soleada, la verdad es que ha sido un placer pasear por aquí. Tampoco había demasiada gente. Ilusos de nosotros, pretendemos visitar a continuación el museo arqueológico, pero nuestras hijas se rebelan y la visita se reduce a cuatro o cinco salas y corriendo. Creo que es un museo estupendo y muy completo.

Pero debemos continuar viaje. Vamos a nuestro alojamiento despidiéndonos de Siracusa. Por cierto que frente al Museo Arqueológico se encuentra el famoso y polémico Santuario de la Virgen de las lágrimas, erigida a cuenta del supuesto "milagro" que se produjo, cuando una efigie de yeso lloró, en la cabecera de la cama, de una humilde casa.


Desde luego, grande es.

Tras frugal comida en un bar, nos vamos hacia la zona del Etna. Nuestra ruta nos llevará hasta Trecastagni, lugar elegido por su cercanía al famoso volcán. Mientras llegamos allí, tenemos intención de hacer alguna que otra parada, por ejemplo en Acci Trezza, la ribera de los cíclopes. No hubo manera, nos liamos malamente en la carretera, es triste confesarlo, pero ni con GPS llegamos (¡!) y yo contándoles a mis hijas la historia de Ulises y Polifemo.. en fín.

Al final llegamos en otro lugar digno de visita, por supuesto: Acireale.
En 1693 un terremoto desoló la parte oriental de Sicilia, así que lo que hoy vemos de Acireale es la obra de reconstrucción que se realizó posteriormente. No les quedó nada mal, y hoy la ciudad puede presumir de tener un espléndido centro barroco.

Nos dirigimos hacia la piazza del Duomo que cuenta con tres edificios destacados: la catedral, la Basílica de San Pietro y San Paolo y el Palacio Comunale.

Aquí está la catedral de Acireale cuyos campanarios simétricos tienen una bonita cubierta cónica decorada con cerámica policromada.





En la misma plaza está la iglesia de San Pietro y San Paolo










Y en la misma plaza también el palacio comunale (ayuntamiento) que en la siguiente foto, que recoge la plaza desde otra perspectiva, se ve un poquito.



Claro que lo mejor para admirar la belleza de las cosas, muchas veces, es ir al detalle.



Bonito balcón y bonito lugar, fuera de rutas turísticas (más o menos), justo lo que necesitamos.

Tras las fotos de rigor nos dedicamos a disfrutar de un fantástico helado en la concurrida piazza del Duomo. Concurrida no porque haya turistas, sino porque hay mucha gente pasando tranquilamente la tarde por aquí, al fin y al cabo, hoy es sábado. En la catedral hay boda.

Sentados en la acera, nos entremezclamos con los lugareños para esperar la llegada de la novia. Vemos al novio que espera en la puerta, a los invitados que van llegando... por fin la novia llega en el coche. Como en tantos otros pueblos ¿no?. Mientras tanto nuestra hija pequeña en lugar de comerse el helado (de chocolate) se está pintando con él la cara. Hay que buscar una fuente para lavarle las manos, la cara, el pelo ... En fin, como en cualquier otra parte, cualquier otro día, solo que estamos en Acireale, Sicilia.


Algo más tarde nos decidimos a seguir paseando un poco y nos encontramos con otra joya barroca: la iglesia de San Sebastiano



Lo más destacable de esta iglesia es su balaustrada, formada por personajes del Antiguo Testamento.



Al rato, en esta iglesia, lluvia de arroz y pétalos. Hay otra boda. Paseamos por el corso Vittorio Emmanuele, y curioseamos algunas tiendas. A las niñas les llama la atención las tiendas de marionetas (Opera dei Pupi), parece ser que Acireale es uno de los puntos de la isla con mayor tradición.



Leo en nuestra guía que la calle Umberto I desemboca en el mar, con magníficas vistas...propongo ir hasta allí, pero se está haciendo tarde y nos queda camino hasta llegar a un pequeño pueblo en el parque del Etna: Trecastagni. Allí nos alojaremos por dos noches para acercarnos al Etna. Así que compramos en un supermercado algo de comida para la cena y nos dirigimos hacia el coche.

Lo dicho, como en casa.

Y el final del viaje...

http://elyellaviajeros.blogspot.com.es/2010/08/viaje-sicilia-etna-taormina.html

Viaje a Sicilia - Siracusa /Ortigia



Tercer día: Siracusa

Fuimos a Siracusa por el interior. Resultó un viaje fue bastante largo desde Agrigento a Siracusa y descartamos la posibilidad de hacer parada en NOTO o RAGUSA. Lástima, pero tampoco nos atrevemos a hacer demasiadas paradas intermedias que agotarían a las niñas. Nos alojamos en el B and B "Gelone", perfecto para ir andando hasta la zona de Ortigia y la zona arquelógica.

¿Qué decir de Siracusa? Hasta el nombre lo tiene bonito. Me encantó. Después de comer y de descansar un rato nos vamos a pasear tranquilamente por las calles de Siracusa. Nada especial la parte nueva, pero una vez dentro de la península de Ortigia todo cambia. A mí me pareció una experiencia única. Sobre todo por la vida que discurre por ella, entremezclada con el turismo, sí, pero no vendida al turismo. Son calles con alma, no imágenes para una postal.

Sobre la terraza que domina el puerto la fuente Aretusa, la ninfa a la que la diosa Artemisa convirtió en fuente para que escapase del acoso amoroso de Alfeo, el hijo de Océano. 





y a partir de ahí, las callejuelas... con niños, con grupos de jóvenes, abuelos sentados a las puertas, ropas tendidas en los balcones y no una sucesión de tiendas de baratijas. 





Una sensación de mayor autenticidad que la que se encuentra en otros lugares de Sicilia, como veremos.
Nos dirigimos sin prisa hacia la plaza del Duomo. Una tenue lluvia acompaña nuestra visita. La luz del atardecer ilumina la estampa.



La Piazza del Duomo La Piazza del Duomo contiene los edificios más representativos, como el Ayuntamiento, la Iglesia de Santa Lucía alla Badia o el Palacio arzobispal.





En el interior de la catedral se celebraba una boda (nos encontramos una detrás de otra). Eso no nos impidió entrar con discreción y ver las columnas del templo de Atenea en que se sustenta la catedral, ya que está construida sobre los restos del antiguo templo dórico dedicado a la diosa, construido en el siglo V A.C. por el tirano Gelone.


Del antiguo templo que contaba con catorce columnas laterales y seis frontales, son visibles algunas columnas, mientras que otros restos se conservan en el museo arqueológico.









La catedral desde otra perspectiva:


A mí me parece una mezcla fascinante.

Esta plaza debe de estar animadísima en un día normal, pero hoy con esta lluvia las terrazas lucen un poco tristes...



Cuando el tiempo lo permite continúa nuestro paseo por esta Ortigia que conserva su dibujo de patios, callejuelas y plazoletas escondidas.


Decidimos seguir unas flechas que nos indican el Museo dei Pupi, de las marionetas sicilianas.


La opera dei pupi apareció en Sicilia a finales del siglo XIX.
Los pupi son figuras que se manipulan mediante varillas de hierro. El repertorio estaba especializado en el ciclo carolingio. Hay una gran tradición en la isla. Vamos con niñas y, claro, entramos.

Encantadora visita a un museo pequeñito, que vimos solos, (literalmente solos). Hay muestra del taller, figuras de Pinocho y familia en versión años setenta y, sobre todo el clan de Carlomagno, al que ya vamos conociendo (Rinaldo, Angélica .. los gigantes).



En una tiendecilla compramos una marioneta de Angélica (12 euros), después las vi más y más baratas (lo que pasa). Estuvimos toda la tarde disfrutando de Ortigia, callejeando, disfrutando de su ambiente, curioseando por las tiendas.. 

En muchas de ellas encontramos uno de los símbolos de Sicilia: la Trinacria , así es como llamaron los primeros griegos a la isla, debido a sus tres extremos. La figurilla que toma su nombre es inconfundible, se trata de una cabeza de Gorgone, cuyo pelo son serpientes entrelazadas con espigas de trigo, desde dónde irradian tres piernas que representan los tres extremos de la isla. 

Desde el año 2000 forma parte de la bandera siciliana.

Os dejo una foto dónde se ve un poquito, y otra de las alegres máscaras, que también se multiplican allá adónde vas:



Nos detenemos, ya de vuelta, a leer las inscripciones del templo de Apolo que se encuentra junto al puente que lleva a la isla de Ortigia, data del siglo IV A.C. y en la inscripción, contemporánea a la construcción, consta (cosa rara) el nombre del arquitecto constructor, un tal Cleómedes.





Nos despedimos con esta bella panorámica de Ortigia, sede original de la ciudad de Siracusa, dónde ha transcurrido nuestra tarde de hoy.


El resto de la ciudad (lo que vimos, de camino al hotel) es ya una ciudad normal, incluso algo tristona, o tal vez sea por esta lluvia que se empeña en acompañarnos todo el tiempo ... mañana visitaremos la zona arqueológica, otro de los grandes tesoros de Siracusa.

Seguimos viaje...

http://elyellaviajeros.blogspot.com.es/2010/08/viaje-sicilia-siracusazona-arqueologica.html

jueves, 19 de agosto de 2010

Viaje a Sicilia - Agrigento


Segundo día: Agrigento

Salimos por la mañana en nuestro flamante Chevrolet dirección Agrigento. Menos de dos horitas. Serán 125 Km desde Palermo, atravesando un paisaje de tonalidades amarillentas que recorremos escuchando "Radio Margherita", música sólo en italiano. Canciones románticas dónde abunda el "ti amo", que hacen nuestro viaje relajado y plácido. Pero ¡estamos conduciendo en Sicilia! ¿Es tan temeraria, según todo el mundo dice? A nosotros nos pareció que no, La conducción en Sicilia, no es tan terrible. Porque los sicilianos. como la música que escuchamos, no son nada agresivos, su ritmo es completamente diferente al nuestro. Diríamos que el lema es "vive y deja vivir", cada uno hace literalmente lo que quiere y puede, y al turista lo dejan tranquilo. Al final te acostumbras. (Que sí, no es broma)

Nos alojamos en el B and B "Il Mandorlo". Compartimos con su elocuente anfitrión impresiones (él en italiano, nosotros en español) sobre Camilleri y su personaje "Montalbano" (Camilleri es un escritor siciliano nacido cerca de Agrigento). Tiene un libro inmenso de Camilleri al lado del teléfono, y se siente orgulloso de su compatriota. El alojamiento está muy bien situado.

Caminamos hacia el centro histórico. Pintoresco y turístico. Agrigento es una ciudad que no llega a los 60.000 habitantes. Es fácil recorrerla. La calle principal de la ciudad es la vía Atenea, de allí en adelante basta curiosear un poco por las calles transversales para ir descubriéndolo todo.


Encontramos por las paredes hileras de esquelas y notas necrológicas que seguiremos viendo por toda la isla. Esto me llamó mucho la atención. La muerte tan presente ...Pero estamos subiendo y bajando por las calles de Agrigento, hasta llegar a la Catedral, por supuesto cerrada.


Hora de comer y de la siesta, como nos dice un lugareño. Nosotros seguimos arriba y abajo por las empinadas cuestas de esta ciudad de tonalidades amarillentas.




Después de esta gimnasia callejera, paramos a comer en un pequeño restaurante en el que degustamos el pez espada (típica comida en Sicilia) acompañado de ensalada (nada de especial, la verdad.)

Por la tarde, la visita más importante. Nos acercamos al Valle de los Templos, Agrigento posee el conjunto de templos griegos mejor conservado del mundo. La antigua Akragas, patrimonio de la humanidad, fue descrita por Píndaro como "la más hermosa de las ciudades mortales" .

Para llegar hasta allí, hay autobuses urbanos que salen desde la piazza Marconi, o si se va en coche, como en nuestro caso, basta desplazarse a escasos kilómetros de Agrigento. Una vez allí descubrimos que si hasta ahora no nos habíamos encontrado a ningún turista (llegamos a la conclusión de que el mes de junio no era especialmente turístico), ahora están todos reunidos aquí. En todo caso nosotros a nuestro ritmo (más bien al de las niñas) vamos, poco a poco, recorriendo este hermoso valle.
El templo de Hera o de Juno Lacinia:



Este templo data del 450 A.C. y fue restaurado en época romana.



Tanto el templo de Hera como el de la Concordia están increiblemente bien conservados, ambos de estilo dórico. Este último, el templo de la Concordia fue levantado entre el 450 y el 400 A.C. Posiblemente dedicado a Castor y Pólux. Curiosamente desde el siglo VI fue empleado como basílica cristiana y en 1748 fue restaurado. Es increíble. Las fotografías se multiplican.




Este templo, debe su nombre, el de la Concordia, al hallazgo posterior de una inscripción latina en las inmediaciones del templo. Se desconoce a qué divinidad estaba dedicado.



Apabulla ver tal cantidad de templos en tan poco espacio y saber que han llegado en mejor estado que los de Grecia. 
Afortunadamente no hace mucho calor y disfrutamos del paseo, demorándonos en la visita. Podíamos imaginar cómo era la vieja ciudad y ser capaces de ver entre las ruinas alguno de sus antiguos moradores. 

Hacia el final del valle, el templo de Hércules, el más antiguo, fechado en el 510 A.C.


 Resulta difícil ya identificar los otros templos, como el de Castor y Pólux o del de Júpiter Olímpico que, al parecer poseía columnas de 17 metros de altura y cuyas dimensiones sólo eran superadas por el de Artemisa de Efeso. Estaba adornado con 38 estatuas de atlantes de casi 8 metros de altura y, junto a los restos del templo puede observarse una reproducción de uno de ellos, cuyo original se encuentra en el museo arqueológico.


Es al final de la tarde, casi a la hora de cerrar, con poca gente ya, cuando la luz del atardecer, hace de las suyas, con su juego de claroscuros, iluminando las columnas, tan evocadoras. Allí quedan, callados, inmensos y sobrecogedores, los templos. 

Y, caminando ya hacia la salida, surge el momento mágico del día con las últimas imágenes, las que permanecerán en mi memoria cuando recuerde la ciudad de Agrigento.





Nuestro viaje continúa...

http://elyellaviajeros.blogspot.com.es/2010/08/viaje-sicilia-siracusa-ortigia.html

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